Las condiciones generales de conservación tanto de reactivos como de muestras vienen determinadas por la naturaleza y características de estabilidad de cada sustancia o producto. Sea cuál sea el ámbito normativo del producto (medicamentos, alimentación, etc.) es frecuente que ambos sean atemperados a la temperatura del ensayo en concreto en el que participan, y que, en la mayoría de los casos no es otra que la del ambiente del local donde se lleva a cabo. Estas condiciones "normales" suelen coincidir bastante en muchas normativas. Así, la ISO 7520 recomienda como atmósferas "normales" de ensayo, las de 21-25 º C y 45-55 % de HR.
En el caso de muestras de medicamentos, se aplicarán como es lógico sus condiciones de conservación. Por ejemplo, para los medicamentos conservados entre 23 -27 º C, la ICH recomienda que las condiciones del laboratorio se acerquen a dichos valores aunque admiten que una variación de tales valores durante 24 a 48 horas no debe afectar por lo general al porcentaje de degradación del producto/principio activo. Esto es cierto siempre que no se trate de formulaciones con tiempos de semivida de su curva de degradación muy cortos, como los radiofármacos, etc. En cuanto a la USP y la Farmacopea Europea, ambas coinciden en establecer como intervalo de temperaturas para los ensayos "ambiente" el de 15 - 25 º C.
También muchos reactivos deben conservarse refrigerados, como ciertos patrones, kits, medios de cultivo en microbiología, cepas patógenas, etc. Las temperaturas más habituales suelen ser -20 º C, -15 º C, de 2-8 º C, y de 1-3 º C. Otras condiciones o requisitos diferentes como "preservar de la humedad", "...de la luz", etc. son indicados por el fabricante en el etiquetado y fichas técnicas correspondientes.