España es uno de los países líderes del sector productor apícola en Europa, con una cuota superior al 16 % de la producción total. La jalea real, producto natural de la colmena, es útil en situaciones de fatiga física y mental causada por situaciones de desgaste, malnutrición o convalecencia, y ocupa un lugar destacado en el mercado dietético dirigido al consumidor, desde hace muchos años. La jalea real ha sido utilizada desde antiguo para compensar con eficacia ciertas carencias nutricionales, como en casos de hipovitaminosis, anorexia, dietas vegetarianas pobres en aminoácidos esenciales, senectud, etcétera. También está reconocida la capacidad de la jalea real para incrementar el consumo de oxígeno en los tejidos, mejorando el rendimiento físico y mental, y también para disminuir el nivel de colesterol en sangre. Aunque como producto natural que es, es difícil asegurar una composición constante de todas las partidas, una jalea real de calidad contrastada aporta una cantidad importante de vitaminas del grupo B y de aminoácidos esenciales, mejorando los niveles de vigilancia, atención y memoria, y combatiendo la desorientación, estando aconsejada su administración en periodos cortos de uno o dos meses y a las dosis recomendadas. Está contraindicada en asmáticos, personas diabéticas o con problemas de alergias, y en casos de insuficiencia de las glándulas suprarrenales.
La jalea real, el polen, el germen de trigo y otros productos naturales análogos, enumerados en el artículo 3, punto 3 .3 del antiguo Real Decreto 2685/1976 sobre la Reglamentación Técnico Sanitaria para la elaboración y comercio de preparados alimenticios para regímenes dietéticos o especiales, al tener indicaciones no específicas, no se consideran incluidos en el grupo de alimentos para usos médicos especiales definidos en el actual Reglamento (UE) Nº 609/2013 de junio de 2013.
La naturaleza de la jalea real fresca es de tipo cremosa, con un contenido medio en proteínas del 12 %, y es fácilmente alterable por el aire, la luz y el calor, debido a su alto contenido en sustancias orgánicas. Tiene un sabor amargo y ácido, y aunque la presentación en estado fresco, no conlleva en principio ninguna transformación o preparación galénica, su periodo de vida útil es más ajustado y la dosificación menos precisa que la de otras preparaciones. La jalea real fresca debe ser mantenida preferentemente refrigerada, en recipientes herméticos opacos, con exclusión de aire y de material plástico, ya que reacciona con el metal.
La liofilización de la jalea real fresca, mediante un procedimiento de desecación en frío por congelación seguida de una segunda etapa de eliminación del agua por sublimación, mejora la estabilización del producto, su dosificación y el periodo de vida útil. La jalea real liofilizada suele acondicionarse como preparado principalmente en cápsulas. Por su elevada higroscopicidad debe acondicionarse en envases hidrófugos para evitar una posible alteración hidrolítica del producto.
Otra de las formas galénicas más comunes de presentación de la jalea real, es la solución acuosa en forma de ampollas individuales bebibles, que mejoran la dosificación del producto. En su formulación es necesario utilizar solubilizantes y otros coadyuvantes como conservantes, etc. Estas preparaciones bebibles facilitan la ingestión del producto, pero su mayor dificultad estriba en asegurar la estabilidad de los nutrientes del producto que se encuentra comprometida al ser la mayoría de ellos, lábiles e inestables en medio acuoso.
Es conocida la ventaja que supone utilizar formas granuladas secas en estos casos, al ser formas sólidas de bajo contenido acuoso y que preservan la estabilidad de los nutrientes contenidos en el producto. Las formas granuladas no precisan casi excipientes o coadyuvantes, y tienen la ventaja para el consumidor de poderse administrarse directamente. Normalmente, por su naturaleza amorfa, de tipo poroso, presentan mejor solubilidad en medios hidrófilos, en comparación con el estado liofilizado, al evitar los fenómenos de aglomeración e insolubilización que se producen con productos pulverulentos de tamaño pequeño de partícula.
El proceso de granulación partiendo de la jalea real fresca, o incluso de jalea liofilizada, por los métodos convencionales de granulación húmeda o extrusión, son impracticables por el elevado índice de adherencia que presenta el producto. Sin embargo, es posible obtener un granulado poroso, con una densidad de 0,5 g/cm3 y una humedad residual de 5 % p/p, mediante un método especial de granulación que utiliza medios técnicos sencillos y un solo excipiente. El granulado obtenido presenta una riqueza equivalente en jalea real fresca del 60 % p/p, con una composición nutricional en producto terminado del 0,1 % de lípidos y 384 Kcal/100 g (1631 KJ/100 g), muy similar a los 391 Kcal/100 g, de la jalea real liofilizada. Como era de esperar, la jalea real granulada dota al producto de una mejorada solubilización / dispersión en un gran abanico de medios líquidos. Esta solubilidad es una gran ventaja para la incorporación de la materia prima en procesos industriales, pero también y sobre todo, para presentaciones comerciales en sachets hidrófugos individuales que pueden ser administrados directamente en la boca o en bebidas de todo tipo, como leche, zumos, café, infusiones, etc.
La calidad de la jalea real como materia prima en el mercado puede ser bastante variable. Como producto natural, la riqueza nutritiva se encuentra condicionada por variados factores, como la zona de procedencia de la colmena, la naturaleza o edad de las larvas, o el momento de recolección, factor que puede hacer variar su composición de manera significativa, ya que la concentración en vitaminas, aminoácidos (cisteína, lisina) y otros componentes esenciales, no alcanza su valor normal hasta pasadas unas semanas desde que la abeja comienza a secretar la jalea real al comienzo de la primavera. Este factor puede controlarse en el laboratorio mediante diferentes análisis, siendo el más utilizado a nivel internacional, el del contenido en el ácido 10-hidroxy-2-decanoico (DHA), un componente de la fracción lipídica de la jalea real, que debe alcanzar un valor del 1,4 % p/p. Otras muchas sustancias han sido identificadas en el producto como ácido fólico, varios nucleótidos (adenosina, uridina, etc.), gamma-globulinas, etc. En cuanto al contenido en granos de polen, hay que tener en cuenta que es mucho más elevado en la jalea real fluida que reciben las obreras jóvenes, que en la jalea real segregada para las larvas de las abejas reinas. Otros parámetros como el contenido en antibióticos, metabolitos del nitrofurano o las sulfamidas, además del recuento microbiológico, deben ser asegurados en la materia prima.
El contenido medio de las principales vitaminas y oligoelementos de la jalea real fresca y de la forma granulada, se muestra en la siguiente tabla: