viernes, 13 de mayo de 2016

Contaminación por patógenos emergentes

Muchas preparaciones se comportan como excelentes medios nutritivos para el desarrollo de microorganismos, como por ejemplo las fórmulas para nutrición enteral, de elevado contenido en aminos ácidos, carbohidratos y oligoelementos, y otras similares con actividad acuosa suficiente. La utilización de sustancias conservantes, cuando sea el caso, debe acompañarse siempre de un estudio adecuado que asegure las condiciones más adversas posibles en el seno del producto para la supervivencia microbiana.




Un caso especial de contaminación microbiana de formulaciones es el de los microorganismos patógenos para el hombre, que suele provenir de materias primas de origen vegetal o animal deficientemente controladas o de los propios procesos de fabricación de dichas materias. La lista de microorganismos causantes de toxiinfecciones alimentarias (TIA) hasta hace no mucho tiempo incluía un número reducido de especies, a las que se han ido incorporando nuevos patógenos como consecuencia de mecanismos de adaptación, resistencia antimicrobiana y otros factores como la capacidad de formar películas biológicas (biofilms). Dicha característica permite a ciertas especies eludir los tratamientos de limpieza, desinfección e incluso de conservación en muchos casos. Además, se conoce la existencia de formas "viables pero no cultivables" de algunas de estas especies patógenas, como Campylobacter spp., Helicobacter pylori, H. pullorum, Listeria monocytogenes, Mycobacterium tuberculosis, Vibrio cholerae 01 y 0139 y Arcobacter spp., lo cual dificulta aún más su control.

Muchas de estas bacterias patógenas "emergentes" no solo son consecuencia del desarrollo de resistencias a antibióticos y antimicrobianos, sino también de la adquisición de genes codificadores de factores de virulencia, habiéndose constatado un aumento de su incidencia durante las tres últimas décadas. La siguiente tabla muestra algunas de las más importantes.


Confirmados (1970-1985)

Salmonella enterica serovar Enteritidis
Campylobacter jejuni;  Campylobacter coli
Clostridium botulinum (botulismo infantil)
Helicobacter pylori
Escherichia coli O157:H7
Vibrio cholerae O1;  Vibrio parahaemolyticus;  Vibrio vulnificus
Yersinia enterocolitica
Listeria monocytogenes
Cryptosporidium parvum
Norovirus, Rotavirus
Virus de la hepatitis A

Posteriormente

Prion de la Encefalopatía Espongiforme Bovina (EEB)............................................. (1986)
Arcobacter spp..................................................................................................... (1991)
Escherichia coli EHEC, serotipos no-O157............................................................ (1996)
Vibrio cholerae O139........................................................................................... (1997)
Salmonella enteritidis subsp. enterica biovar Typhimurium DT104......................... (1997)
Adenovirus, Saprovirus, Astrovirus, Coronavirus, Aichivirus, virus hepatitis E ….. ......(1998)

Actualmente o en un futuro próximo

Otras subpoblaciones de S. enteritidis
Otros tipos patógenos y/o serotipos de E. coli
Yersinia pseudotuberculosis
Otros Campylobacter spp.
Otros Arcobacter spp.
Cronobacter spp.
Complejo Enterobacter cloacae
Bacteroides fragilis
Mycobacterium avium subsp. paratuberculosis
Enterococos resistentes a la vancomicina y E. faecalis con múltiples factores de virulencia
Staphylococcus aureus resistentes a la meticilina (MRSA)
Saccharomyces boulardii
Otros virus, además de los citados
Otras bacterias, virus y parásitos derivados de la transmisión horizontal de factores de virulencia
o de otros mecanismos de recombinación genética

Las TIA constituyen un riesgo potencial en todas aquellas preparaciones que integren en su composición, materias de origen animal o vegetal, pero además tienen una especial relevancia en ciertos tipos de medicamentos en razón de su método de fabricación. Es el caso de ciertos medicamentos inmunológicos (vacunas) producidos a partir de pollos, embriones y cultivos celulares animales, de los piensos medicamentosos o de los denominados « preparados a base de órganos animales », definidos en la terapéutica homeopática. Los medicamentos biológicos obtenidos a partir de tejidos (hemoderivados, enzimas, hormonas, etc.), o por propagación de agentes vivos en embriones animales (sueros), o por fermentación de cultivos microbiológicos (vitaminas, aminoácidos, polisacáridos usados en Fluidoterapia, etc.), pueden presentar, así mismo, un riesgo potencial en este sentido.




Algunas de estas toxiinfecciones emergentes han sido incluidas en farmacopea, como la de encefalopatías espongiformes transmisibles (EET), describiendo las materias primas involucradas en su transmisión (colágeno, gelatina, carbón animal, derivados de la lana, aminoácidos, hemoderivados bovinos y leche y sus derivados). La reglamentación alimentaria en este campo es muy extensa, destacando el paquete de reglamentos de higiene adoptados por la Unión Europea en 2006, como consecuencia de estas patologías emergentes, y que va dirigido especialmente a los productores primarios.

Encontrar más en: